La Comunidad de Práctica de la CARM impulsa el avance de estrategias alimentarias locales
La semana pasada, la Comunidad de Práctica de municipios entorno a las Estrategias Alimentarias Locales, establecida en el marco de la Carta Alimentaria de la Región Metropolitana (CARM) celebró su segundo encuentro, con la participación de diez ayuntamientos y un consejo comarcal de la región metropolitana de Barcelona (RMB). La sesión permitió acordar la hoja de ruta para el primer semestre de 2026 y compartir experiencias sobre gobernanza alimentaria a nivel municipal.
La jornada también sirvió para consolidar este espacio como un punto de encuentro estratégico entre actores locales y metropolitanos para tejer red, generar sinergias y ofrecer apoyo mutuo en la elaboración e implementación de políticas alimentarias locales. La iniciativa se enmarca en la misión ‘Alimentación saludable’ del Compromiso Metropolitano 2030, donde la CARM actúa como un instrumento de coordinación para fomentar sistemas alimentarios más justos, sostenibles y saludables a escala regional y local, con la implicación de diversos actores públicos y privados.
Durante el encuentro, los municipios priorizaron tres líneas de trabajo para el próximo semestre:
- Webinar sobre programas de educación alimentaria.
- Taller sobre relevo generacional agrario.
- Visita de campo sobre infraestructuras para los circuitos cortos de comercialización.
La jornada incluyó una sesión formativa con la Dra. Alessandra Manganelli (Observatori FARO – UB), que ofreció una ponencia sobre cómo las ciudades de todo el mundo integran la alimentación en sus políticas públicas. Manganelli presentó tres enfoques clave de gobernanza que los municipios pueden activar según su contexto político y organizativo.
También se dio voz a la experiencia de Mataró, uno de los municipios implicados en la construcción de una política alimentaria municipal integral. Durante su intervención se destacó la constitución de un grupo motor interdepartamental con 14 profesionales técnicos y agentes externos para coordinar acciones vinculadas a la Carta Alimentaria aprobada en 2020 y al reciente Plan de Gestión y Desarrollo del Parque Agrario. Este caso ejemplifica cómo el liderazgo político y la continuidad técnica pueden generar estructuras estables y replicables para otros municipios de la región.
En el taller final, los participantes identificaron tanto facilitadores de la transversalidad —como los grupos motores, proyectos visibles y redes supramunicipales— como las principales barreras, entre las cuales destacan la falta de liderazgo estable, los recursos insuficientes, la rigidez administrativa y las dificultades de coordinación interna.
El encuentro confirmó que la alimentación es un vector estratégico para los municipios, pero que aún es necesario consolidar estructuras, recursos y apoyo territorial para desplegar políticas alimentarias robustes. Proyectos como la Comunidad de Práctica, que promueven el intercambio de estrategias y experiencias a nivel supramunicipal, se consideran un buen punto de partida para situar la alimentación en la agenda política y trabajarla de forma transversal dentro de los consistorios.